Ella confesó: "Yo tenía 10 años y me vestían como de 28 años, siendo una bailarina muy sensual. Era una pequeña niña atormentada que tenía que poner esta fachada atractiva porque ese era mi trabajo y mi vida. Pero mi corazón era el mismo, y era esta niña inocente. Quería tanto amor ... Mientras yo estaba en Londres, fui abusada, mentalmente, físicamente, todo. Soy una persona muy tolerante, y yo no quiero hacer daño a nadie. lo pasado es pasado .... cuando empecé la pubertad, me convertieron en una mujer y dejé de ser una niña".
Como parte del abuso psicológico, la actriz recibía amenazas para no regresar a su ciudad natal Utah, en los Estados Unidos. "Me decían que si regresaba, tres cosas iban a suceder. 1, que no iba a ser nadie en la vida. 2, que terminaría trabajando de mesera. Y 3, que iba a acabar siendo una z*rra. Entonces yo pensaba, no puedo regresar, tengo que ser esta persona".
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